Se estima que en el planeta coexisten alrededor de 8.7±1.3 millones de especies de las cuales cerca de 2.2±0.18 millones son marinos. Esta gran diversidad de especies puede dar lugar a una fuente de nuevos biocatalizadores con actividades similares a las ya identificadas o incluso a nuevas moléculas con actividades que aun no han sido descritas. Los biocatalizadores son una parte importante de la industria, su utilización en la producción de quesos, cerveza y vino así como en la manufactura de lino y piel data de hace miles de años. Desde el siglo pasado estas enzimas comenzaron a utilizarse en las industrias médica, alimenticia, textil, de aceites, grasas, jabones y detergentes, de la celulosa y el papel, entre otras y en la actualidad su uso en la producción de medicinas y alimentos es común, tal es el caso de productos lácteos que se pueden encontrar en cualquier tienda de autoservicio. Como se mencionó la diversidad del planeta es una fuente de biocatalizadores; en el caso de las especies terrestres la principal fuente de estas moléculas son microorganismos (levaduras y bacterias), plantas y algunos animales. Por ejemplo, las proteasas que son uno de los grupos más importantes de enzimas industriales, se obtienen principalmente de cepas de bacterias de Bacillus.; aunque también se pueden extraer de hongos y su importancia radica en que pueden s
Las enzimas nos han acompañado desde hace miles de años, de acuerdo con los registros históricos desde aproximadamente 6000 AC, cuando el hombre inició la elaboración de alimentos fermentados como la cerveza, vino, soya, etc. Aunque, su exploración empezó cerca de 1833 cuando dos químicos franceses, Payen y Persoz, aislaron por primera vez una enzima (diastasa) a partir de la malta, hoy conocida como amilasa. A la par, otros científicos de la época empezaron a obtener glucosa a partir de almidón utilizando extracto de trigo y de amigdalina como sustrato y extracto de almendras como catalizador. Con todo ello, en 1836 Berzeliuz elaboró su teoría de la catálisis donde expresaba “…hay amplias razones para suponer que en las plantas y en los animales tienen lugar miles de procesos catalíticos, y que de ellos resultan la formación de gran número de distintos compuestos…”. En ese mismo año el médico alemán Theodore Schwaan descubrió por sus investigaciones en el sistema digestivo humano, la primera enzima de origen animal: la pepsina. A finales de la década de los 30s del siglo XIX se estableció en Francia, a partir del trabajo de Payen, el primer proceso enzimático industrial que usó enzimas (diastasa) para producir dextrinas. A partir de la teoría de Berzelius y de los trabajos de Payen y Persoz, los científicos de la época distin